El decir a los hijos que su mamá tiene cáncer puede ser de las cosas más difíciles de enfrentar. Te damos la información que necesitas para poder hablar con ellos.

Para que puedas acercarte con mayor facilidad a tus hijos, y que ellos te entiendan mejor, es importante que utilices el vocabulario y la información adecuada para la edad de cada uno de ellos.

La psicóloga Patricia Cervantes Escalante, recomienda siempre dar la información real, hablar del cáncer de mama y los tratamientos que se van a realizar, antes de que los síntomas aparezcan. La verdad los ayudará a estar mejor preparados y a conocer los posibles cambios y reacciones que presente tu cuerpo y tu estado de ánimo. Lo que varía es la forma en que lo comuniques de acuerdo a la edad.

Siempre es mejor que escuchen las noticias por ti, sobre todo si es algo relacionado con tu salud. En caso de que no te sientas emocionalmente preparada, pide a un familiar cercano o algún miembro de tu equipo médico que hable con ellos.

¿Cuándo les debo decir a mis hijos?

Después de ser diagnosticada, explícales inmediatamente lo que sucede. Cuando recibas tu tratamiento, dales todos los detalles: cómo lo están haciendo, los posibles efectos secundarios en tu cuerpo y en tu estado emocional, además de los cambios que tal vez se tengan que hacer en casa.

Después de que termine tu tratamiento, explícales cómo está tu salud y los cambios que hayas vivido.

En todo momento debes de tener disposición para contestar las preguntas que te hagan tus hijos y estar atenta para detectar a tiempo si están preocupados por ti.

La importancia de las etapas

Pequeño a preescolar (menor de 5 años)

A esta edad, los niños no perciben la diferencia entre una gripe y una enfermedad seria como el cáncer. La explicación que les des no debe ser complicada, pero sí muy sincera.

Puedes decirles que habrá momentos en los que mamá estará cansada para jugar y que también será necesario tener cuidado con juegos bruscos, siempre recordándoles lo mucho que los quieres y lo importante que es su ayuda para que todo salga bien.

Ellos experimentarán un sentimiento lógico de separación y el temor de ser abandonados, así que procura dedicarles tiempo y mucho cariño cuando te sientas con la fortaleza suficiente.

Si te hospitalizan, haz los arreglos necesarios para que un amigo o familiar se quede a cuidarlos. Habla con tus hijos diciéndoles que pronto vas a regresar a casa, y que piensas en ellos cuando estás lejos. Cuando te visiten, sugiéreles que traigan uno de sus muñecos favoritos.

Porque a veces los niños tienden a bloquear los asuntos difíciles, tienes que estar muy pendiente de ellos, incluso al año o más de finalizado el tratamiento.

Generalmente cuando todo está más tranquilo, ellos encuentran el momento para sacar su angustia reprimida, pero no debes culparte por ello. En caso de que el comportamiento se salga de control, es mejor que busques ayuda profesional.

Edad escolar (6-11 años)

No los presiones o preocupes con demasiada información. Es probable que se sientan responsables de tu enfermedad. Si es así, asegúrales que ellos no hicieron o dijeron algo que pudiera provocarla.

Tus hijos pueden mostrar pérdida de apetito, insomnio o bajo rendimiento escolar. No es algo que deba alarmarte, quizá es su forma de hacerte saber que están contigo.

Adolescencia

Este periodo es sumamente difícil por los cambios emocionales propios de los jóvenes. Les resulta difícil entender la situación y demostrar sus sentimientos o pensamientos.

Es probable que se muestren reacios a hablar contigo porque no saben cómo enfrentar tu enfermedad. Si el diálogo es imposible, recomiéndales que platiquen con alguien de su confianza aunque no sea un familiar.

Edad adulta

Puedes encontrar más apoyo en tus hijos adultos, ya que pueden ayudarte a realizar las actividades diarias del hogar.

Además, entienden mejor la situación porque su madurez les permite comprender lo que te pasa.

Si tus hijos no viven contigo, tal vez puedan acompañarte a tus citas con los médicos y a tus tratamientos.

Patricia Escalante comenta, que no hay “una forma correcta” para comunicar a los hijos y a la familia el diagnóstico de cáncer de mama. Depende en gran parte de la dinámica familiar y la madurez de sus integrantes.

No es sencillo hablar con la familia sobre el cáncer de mama, toma el tiempo necesario para relajarte y ordenar tus pensamientos.

Fuente:

Lic. Psicóloga Patricia Cervantes Escalante con especialidad en Gestalt y parejas.

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